HÉROE HUMANO
En pleno apocalipsis se nos presenta Luter con su quinto disco Héroe Humano. Dividido en dos partes diferenciadas y diferenciables, se aparece el de Lacoma en forma de espejo; un espejo partido en dos, de fractura limpia, dejando un par de pedazos tan idénticos en forma como antagónicos en fondo, de tamaño natural, como natural es que el héroe se busque en ellos y el humano rehuya de sí mismo.
Por una parte, Héroe, grabado en 2019 en el prestigioso Estudio Uno por el no menos laureado Carlos Hernández, compone el reflejo más vertiginoso y urgente del trabajo, que a su vez es la imagen fidedigna del héroe propiamente dicho; aireando su ansiedad por el minutero y obviando la soledad y abandono que a buen seguro le llevará su descabezada carrera hacia el vacío, acabando despedazado en cinco cortes limpios y pulcros, que el tiempo salomónico fundirá como el mercurio con su odiado humano, ese que se abraza al reloj y espera paciente al otro lado.
En la cara opuesta, tal y como hemos aventurado, se encuentra Humano —grabado y masterizado entre 2019 y 2020 en los estudios Black Betty por Jose Nortes— que, como no podía ser de otra forma, se encuentra diseccionado en las mismas partes que su reverso: cinco pedazos perfectamente reconocibles de lo que pudo haber sido y al final fue. Cinco cantos de cisne que se alargaron necesariamente hasta perder de vista al héroe, al yo, sin saber que sería tan solo una fosa la que se cavaría para albergar sendos cadáveres.